El interés por las algas ha experimentado un incremento en las últimas décadas debido a su gran variedad de usos y aplicaciones. Concretamente, como fuente de alimentación, están siendo utilizadas por sus propiedades organolépticas y nutricionales.
Las algas marinas abundan más que los vegetales terrestres. De uso popular en países como Japón, donde se emplean en gran variedad de recetas culinarias. En occidente han sido las grandes desconocidas a pesar de que nuestro país es uno de los principales productores de algas.
Se trata de organismos vegetales con gran cantidad de virtudes nutricionales. De hecho, el contenido en sales minerales, vitaminas y oligoelementos es muy elevado y ofrecen al organismo todos los nutrientes necesarios para mantener un correcto metabolismo celular. En cuanto a vitaminas, las algas contienen una gran cantidad de vitamina E y de provitamina A o Betacarotenos. Además, son una fuente importante de proteínas vegetales, aportando todos los aminoácidos esenciales.
En general estos vegetales marinos tienen un contenido muy elevado de mucílagos y fibras no absorbibles, lo que se traduce en una mejora del tránsito intestinal y de los movimientos peristálticos.
En cosmética, se utilizan por sus grandes propiedades en la hidratación de la piel. Los mucílagos contenidos en la algas son capaces de retener al agua favoreciendo la rehidratación, teniendo a la vez un elevado poder tonificante y bioactivador.
Las algas están clasificadas en cuatro grandes grupos: Cianofíceas, clorofíceas, feofíceas, rodofíceas y de todas ellas podemos recibir grandes beneficios.
Jordi Sardiña Alcoberro
Naturópata profesional
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